7 virtudes para 7 días de la semana
Leyendo sobre las virtudes, me encontré un artículo que nombraba más de 40 virtudes para lograr la plenitud… ¡wow, qué es esto! —pensé.
Vivimos en un mundo donde todos corren, pero a la vez, todos queremos ser virtuosos, y la vida en sí ya exige bastante perfección con tanto que nos arrojan las redes sociales, que es simplemente imposible tratar de tener 40 virtudes a la vez. Por ello, en este artículo me enfoco en solo 7, que si te propones vivir día con día, una a la vez durante cada semana, estoy segura de que con la práctica lograrás transmitirlas a tus hijos también:
1. Fe: Si logras transmitir y formar la fe en tus hijos, en los momentos más difíciles, donde no quieren hablar con nadie, ni contigo, y sienten que no tienen de qué agarrarse, recordarán tomarse de esta. La fe es un regalo que incluso salva vidas.
Ideas para transmitirla:
A) La formación en su colegio o parroquia siempre es útil, pero si no la tienen, siempre está tu ejemplo como opción, lo que sería el punto B.
B) Mi ejemplo. En todos lados leemos que los hijos aprenden mayormente del ejemplo, por eso es tan importante trabajar en mi propia fe y espiritualidad para lograr compartirla con los míos. Recuerda: no puedo dar lo que no poseo.
2. Esperanza: La esperanza es siempre una virtud importantísima durante el crecimiento de nuestros hijos. Nos impulsa a ver que “todo va a estar bien”, que siempre vendrá un arcoíris después de la lluvia, y que lo que nos duele, aunque siempre será importante, no será un dolor definitivo, no nos define. Siempre nos llevará a un aprendizaje, y ellos están justamente en la edad de aprender.
¿Pero cómo la transmito?
Tip: Aprovecha los momentos difíciles, ya que siempre son una gran oportunidad para educar como padres. Pregunta: ¿qué aprendiste con esto que tanto te duele? Después de confesar sus sentimientos, invítalos a ver el lado bueno del cuento, lo bonito, el aprendizaje, lo positivo.
3. Caridad: La madre de todas las virtudes. En un mundo invadido por el bullying, necesitamos formar niños caritativos y empáticos, que sean capaces de reconocer que el dolor existe y que todos podemos ayudar al que sufre. Ellos también sufriremos en algún momento y necesitaremos ayuda. Enséñales que el “fuerte” no es el que golpea o el que se burla, sino el que no cae en esas debilidades. Además, eso les ayudará a ser niños agradecidos.
¿Cómo transmitir la caridad?
Me parece que la mejor manera es por medio de algún apostolado. Hacer que los niños formen parte, desde pequeños, en actos de caridad los marcará para siempre. Puedes empezar por hacerles ver que tienen demasiados juguetes y que sería bueno donar algunos a quienes no tienen. Mete esos juguetes al carro y sal con ellos a repartirlos.
4. Fortaleza: Qué importante es transmitirles hoy en día esta virtud. Me parece que hoy, más que nunca, necesitamos hijos fuertes, ya que el mundo es débil. Sus propuestas son cada vez más consumistas y más banales. Qué importante es formar hijos fuertes que sepan discernir lo que es bueno para ellos, que sepan decir no, que sepan rodearse de buenas amistades. Pero qué difícil inculcar esto desde nuestra debilidad. Necesitamos ser padres fuertes en nuestras decisiones, padres que no muestren debilidad al educar, pero sí muchísimo amor, porque el amor no debilita, sino todo lo contrario.
Recomendación: Lee el libro Madres fuertes, hijos fuertes, de Meg Meeker.
5. Templanza: Esta virtud no siempre se entiende del todo, por lo que te la explicaré sencillamente a grandes rasgos, ya que hoy es más importante que nunca. La templanza es saber gozar de los placeres de la vida de una manera ordenada, sin desviarnos. Es una virtud que nos ayuda a controlar los vicios y los impulsos frente a las seducciones que el mundo nos presenta. Hoy el mundo, rodeado de seducciones, nunca ha estado tan al alcance de un teléfono, por ello es importantísimo educar lo que entra por sus ojos y oídos en la mayor medida que nos sea posible.
Tip: Te recomiendo seguir la cuenta de @mamentremedios para formar un mayor conocimiento sobre los programas y caricaturas que nuestros hijos ven y escuchan.
6. Justicia: Inculcar la virtud de la justicia siempre formará mejores seres humanos y aumentará el bien común. Es dar a cada uno lo suyo. Qué importante es enseñarles desde pequeños lo que pasa en el mundo en el que viven, porque está lleno de injusticias.
Un ejemplo que pongo yo, por el rubro en el que me muevo:
“No hay medicamentos para los niños con cáncer, ¿tú crees que eso es justo?” Siempre contestan que no…
“Tu hermanito, en cambio, siempre tuvo medicamentos, ¿tú crees que eso es justo?”
“Sí, mamá…” (me respondieron).
“¿Y por qué creen que con Luis Pablo sí fue justo y con los niños de ahora es injusto?” Aquí una gran respuesta. Por eso los invito tanto a platicar con ellos como si fueran adultos, se sorprenderán…
“Ay, mamá, pues porque Luis Pablo es mi hermano y los otros niños no…”
“Bien, Bosco… Entonces ahí está la respuesta: hay que tratar a todos los niños como si fueran tus hermanos, eso nos ayudará a tomar decisiones justas”.
Recomendación: No te calles todas las injusticias que observas. De vez en cuando, es bueno hacerles saber en qué mundo viven para ayudarlos a plantar esa semilla tan hermosa de querer cambiar al mundo.
7. Prudencia: Esta virtud no solo consiste en obrar de buena manera, sino en llegar a ser buena persona por tratar de obrar de buena manera. En lo personal, es la virtud que más trabajo me cuesta. La prudencia se basa en la memoria del pasado, el conocimiento del presente y en reconocer las consecuencias de mis actos a futuro. La memoria del pasado es lo que hoy mismo tú estás formando en la vida de tus hijos. Se acordarán, en algún momento, de las bases o no bases que les des en estos momentos.
Tip: Enséñales a discernir desde ahora. El discernimiento es sumamente importante en nuestras vidas para elegir lo que nos hace bien y lo que no.
Ejemplo: El presente es que hay una niña a la que le están haciendo bullying por lo que comparte en TikTok (esto está pasando muy seguido).
“Bueno, hija, ¿te acuerdas de lo que tú sentiste en el pasado cuando aquella amiguita se burló de ti? ¿Por lo que hiciste? ¿Tú no crees que esta niña se sienta como tú? ¿Qué será mejor, burlarte conociendo por experiencia lo que sentirá, o irle a decir las cosas que a ti te hubiera gustado que alguna amiga te dijera?”
Así comienza el discernimiento. Déjalos a ellos mismos encontrar la verdad en su corazón, no se lo impongas. No siempre tomarán las mejores decisiones, pero no te canses de hacer este ejercicio que los llevará tarde o temprano a ser ejemplo de la prudencia en sus vidas.
Si quieres aprender más sobre el discernimiento o que tu hijo adolescente lo aprenda, te recomiendo seguir el curso que @benewfire está ofreciendo sobre este tema.
Recuerda que la formación es una tarea de todos los días. No te rindas. Todos necesitamos nuestro espacio, es sano tomarlo para renovarnos, pero de igual manera para formarnos y así formar a esos hombres y mujeres que tanto necesita y necesitará nuestra sociedad.
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