top of page
Foto del escritorNayeli Pereznegron

El mundo necesita madres como tú

Ayer recibí un mensaje muy fuerte de una de mis lectoras, tan impactante que me tuve que dar un espacio en medio de tanta cosa que he tenido para sentarme a reflexionar y sacar de mis adentros la tristeza que sentí, escribiendo…


El 99% de los mensajes que recibo, gracias a Dios, son hermosas palabras: "te admiro", "te quiero", "gracias", "tu testimonio me ayudó"… Palabras que valoro, atesoro y al mismo tiempo me impulsan a seguir haciendo lo que hago. Jamás me acostumbraré a escucharlas; sin embargo, ahora con el libro tengo la fortuna de que sea más seguido hasta que ayer esto retumbó en mí:


"…usted es un instrumento de Dios para quienes viven situaciones similares. Mi hija perdió a su hijo y once meses después se quitó la vida, no superó la pérdida de su hijo. Ella leía sus publicaciones y decía que cómo usted seguía de pie…"

Primero que nada, quiero agradecer a esta persona por escribirme algo que seguramente no es fácil. Pienso en ti, pido por ti y no puedo imaginar tu dolor. Y después, quiero agradecerle haberme hecho reflexionar tanto, tranquila, sin juicios y con el corazón abierto, escribí esto que espero desde el fondo de mi corazón ayude a cualquier madre pasando por la misma situación:


El mundo necesita madres como tú.


Primero que nada, si te preguntas cómo puedo seguir, no soy yo, es Dios y aunque en estos momentos no lo sientas, no lo quieras y no le creas, búscalo hasta que te dé la cara, porque la da y una vez que lo haga te sentirás enormemente especial y amada.

Sé que lo que sientes hoy no tiene palabras humanas para describirse; por algo no tiene nombre perder a un hijo, es un dolor inexplicable, ilocalizable para curar o ponerle pomada porque proviene del alma, esa alma intangible, por ello nunca va a sanar, no hay manera de dar alivio al dolor que no logra localizarse, así que observa tu nueva realidad, esta eres tú ahora y ese dolor te acompañará de por vida.


Sé que sientes que no puedes respirar, que te falta el aire, que alguien te oprime el pecho hasta las lágrimas; sé que piensas que nadie te entiende, ni siquiera tú misma, que nadie puede consolar tu dolor; sé que incluso callada piensas en lo superficial que llega a ser la gente con la que te rodeas, que se preocupa por cosas tan banales y que cambiarías todo porque esos fueran tus problemas.

Es verdad, nadie te entiende y sé que en el fondo de tu alma deseas que nadie lo haga, porque este dolor no se lo deseas a nadie, es demasiado, no debería existir.


Tu psicóloga, si es que buscaste ayuda, tiene la teoría pero en el fondo piensas: "Tú no has perdido a un hijo, no sabes nada del dolor vivencial y crees que lo teórico no puede ayudar a un dolor tan grande". Sé que te despiertas y quieres volverte a dormir, porque ese dolor es tan profundo que no lo quieres sentir, así que prefieres vivir dormida.


"El trabajo de una madre es siempre acompañar a su hijo", sé que por tu cabeza incluso ha pasado, no una, ni dos, ni tres veces, acompañarlo en el cielo… Todo pierde sentido, no estás loca, la vida te golpeó de la manera más cruel que existe, solo por favor, no te quedes en ese momento; bastan dos minutos de depresión y oscuridad para acabar con todo lo hermoso que vas a lograr hacer. Ocupa tu mente y tu vida con un hobbie, un trabajo, exagera si quieres en el tiempo que le dediques por no querer pensar, pero ocúpate lo más que puedas, sal, distráete.


Quiero platicarte algo, sin teoría y con mucha experiencia, no solo propia sino de tantas mamis que me toca ver en los hospitales por medio de la fundación que presido:


  1. El primer año es el más difícil, aguanta, resiste, soporta; después del primer año empiezan a llegar destellos de luz en tu camino, te lo prometo.

    El primer año es para nosotras el primer todo sin él… el primer cumple, la primera Navidad y cuando creías que no podía doler más, te asfixias ante el dolor de tener que vivir momentos especiales sin lo más especial de tu vida, es ilógico, incongruente, sin sentido… Pero al pasar el primer año ya al menos conoces el sentimiento y si le echas muchas ganas te preparas ante lo que ya sabes que vas a sentir.


  2. La vida de tu hijo valió tanto la pena que te aseguro que volverías a pasar todo ese dolor con tal de volverlo a ver, a abrazar, a besar… Vino a cambiarte el alma, la perspectiva de amor puro, tu entorno… Una mujer nunca vuelve a ser la misma persona cuando se convierte en mamá pero mucho menos cuando se convierte en mamá de un ángel. Acepta, abraza y ama a esa nueva tú y una vez que lo hagas, habla con alguien que te inspire confianza, escribe cartas con todo tu dolor, pero SACA de alguna manera el exceso de dolor que todas sentimos; perder a un hijo duele tanto que se desborda, necesitas quitar ese exceso de alguna manera para no ahogarte.


  3. Cuando te sientas lista, a tu tiempo, no hay mucho ni poquito, haz algo por alguien más, esto se llama darle sentido a tu dolor y ¡se siente tan bonito! Ojalá logre contagiarte a través de simples líneas lo bonito que se siente; empiezas a no sentirte tan miserable porque otra persona fue mejor gracias a ti, pese a tu dolor.


  4. Esas noches donde lloras en silencio porque viste al amigo de tu hijo, a su generación graduarse o alguna situación que te aviente de nuevo hasta el fondo de ese océano en el que ahora vivimos con mareas altas y bajas, visualízalo, piensa cómo sería, cómo se vería, cómo tendría su pelo, cómo sería su voz, hazlo, eres su madre y toda madre tiene derecho de ver a su hijo crecer aunque sea en su pensamiento, solamente no te quedes ahí; una vez que lo hagas piensa cómo te gustaría que viviera también, sé que tu respuesta será simplemente FELIZ, pues bueno, hónralo haciendo lo mismo, dale sentido a su partida, haz de tu vida lo que hubieras querido que hiciera él, eso se llama agradecimiento y ¡qué bonito es ser agradecida!


  5. Por favor, pase lo que pase, no te rindas, recuerda que no estás sola, que no eres la única mamá sintiendo esto y que aunque no lo creas, siempre hay alguien peor que tú, por ello, siempre hay algo por qué dar gracias. Habla, busca ayuda, ¡el mundo te necesita! Necesita madres como tú que han tocado fondo pero se han levantado de lo que nadie cree poder levantarse, nunca habrá una madre más empática que tú, porque conoces el dolor más grande de primera mano, eso te hace compasiva y esta sociedad necesita de personas así, que abracen más y juzguen menos, que tengan la fortaleza de salir adelante. No des lástima, la lástima debilita, gánate el respeto de los que te rodean, el respeto te hace fuerte y ese solo lo gana quien, aunque se caiga mil veces, se levanta. Ya viste la amargura, ya juzgaste lo banal de tu entorno al inicio, ahora deja de hacerlo y busca cómo cambiarlo, que de nada sirve haberlo conocido si no haces la diferencia. No, no eres pobrecita, sí, el mundo es cruel y te tocó conocer la injusticia, la vida es injusta, así es y no puedes hacer nada al respecto… Por favor, no te victimices, no te quites poder tú sola… La buena noticia es que sí tienes control de la actitud que presentes ante cada situación que te suceda.


La vida es simple y lo simple una bendición, no la compliques tú sola con tus pensamientos. El mundo necesita mamás como tú.


Con profundo respeto, para ti, gracias de nuevo por compartirme esto.

댓글


IMG_7451.JPG

Recibe todas
las entradas.

¡Gracias por tu mensaje!

  • Facebook
  • Instagram
  • Twitter
bottom of page