top of page
Foto del escritorNayeli Pereznegron

La especie humana

Había una vez, hace muchísimos años, una comunidad que dejó de creer en su propia especie. Pasaban tanto tiempo encerrados, utilizando aparatos, que de repente se hizo más sencillo atacar con letras que utilizar el diálogo que los distinguía de otras especies.


Mucho tiempo antes, sus ancestros decidieron apartarse de la luz, y esto los condujo a tomar decisiones en medio de la oscuridad. Decisiones que no fueron buenas, ya que no podían ver bien a la hora de tomarlas; decisiones que hirieron y afectaron tanto su vida propia como la de su descendencia.


Esta comunidad, en lugar de analizar los errores de sus antepasados y tratar de remediarlos, fue cargando con cada herida, y de repente se convirtió en una comunidad llena de dolor. El humo de tantas guerras contra ellos mismos los fue dejando cada vez más ciegos, tanto que, en vez de buscar la luz, se alejaron más... Pobre comunidad, vivió entre tantas guerras contra su misma especie que se preocupó mucho más por "defenderse" que por respetar, dialogar, investigar y escuchar.


Tristemente, fueron dejando de creer y de poner como centro a su propia especie. Era una especie tan herida que, en lugar de curar sus heridas con amor, decidieron colocar ese amor en otros lados. Eran buenos, pero estaban confundidos. Su corazón había sido creado para amar, pero no todos tuvieron la suerte de sentirse amados y no todos supieron priorizar, ubicar, ordenar o entender ese amor. Entonces, decidieron colocar su amor en las cosas, en el dinero y en el poder.


Es así que vivieron en un completo egocentrismo y consumismo. Daban agua en lugar de medicamento a los niños que enfermaban, tiraban petróleo en los mares matando animales, y convirtieron la caza de seres vivos en deporte. Pero lo más triste de todo es que empezaron a cazarse entre ellos mismos, con pistolas, virus, palabras, chismes, peleas, y cualquier cosa que encontraran a su paso para exterminarse los unos a los otros.


Entonces, muchos grupos levantaron la voz, por ejemplo, por los animales, pero atacando y utilizando palabras violentas que fomentaron odio contra su misma especie. Sí, solo ellos tenían la capacidad de dialogar, pero no la utilizaban. Continuaban alejándose tanto de la luz que por todos lados podías leer y escuchar: "Adopta a un perrito", pero pocos decían: "Adopta a un humano". Y cuando un líder religioso lo hizo, se dejaron llevar en lugar de investigar, y lo atacaban por redes, porque en persona pocos daban la cara.


Muchos decían que los animales eran mejores que los humanos porque los primeros eran indefensos y no lastimaban a nadie. Pero, en su propia especie, exterminaban la vida justamente de los más indefensos y que no lastimaban a nadie. Eso sí, los animales, siendo animales, no hacían eso.

Podría parecer monstruoso, pero no pienses que era gente mala. Era gente como tú, creada con un gran corazón, pero que desde su libertad fue tomando decisiones equivocadas. Confundió sus prioridades y dejó de tener fe en su misma humanidad. Fue la especie que dejó de creer en su propia especie.


Ante tanta indiferencia, y como el dolor lo cambia todo, estoy segura de que con fe, esperanza y amor, que son el único y más nutritivo maná del espíritu y del alma, esta comunidad se reencontrará con su especie, con sus prioridades y con sus decisiones. Anteponiendo el amor, volverán a ser felices; dejarán atrás la oscuridad y volverán a ver la luz por los siglos de los siglos y hasta la eternidad.

Comments


IMG_7451.JPG

Recibe todas
las entradas.

¡Gracias por tu mensaje!

  • Facebook
  • Instagram
  • Twitter
bottom of page