Las mujeres hicimos historia
Lamentablemente, mi feed en redes sociales está lleno de noticias tipo: “Dañan ojos de hombre al lanzarle pintura”, “Feministas rayan y quiebran monumentos históricos”, “Feminazis agreden catedral”, entre otros. La gran mayoría compartidas por otras mujeres.
Mi opinión respecto al paro y la marcha la dejé muy clara en mi artículo anterior: “Feminicidio”. Alzar la voz, decir lo que pienso así como defender lo que creo, respetuosamente, es algo que hago desde siempre; por ello, no creo en un paro pero sí en una marcha, a la que, por cierto, estaba más que apuntada en caminar con mi hija, pero como pueden ver en mis publicaciones anteriores, también se inauguró en Tepic el primer “PlayRoom” para niños con cáncer y, como he mostrado en redes, no hemos parado de trabajar, por lo que el domingo mi cuerpo me pidió un descanso necesario que me impidió marchar. Sin embargo, he aplaudido la marcha y recibido contestaciones a cambio como:
“¿Y también es bello lo que algunas hicieron? ¿Obligar a sus hijas a desfilar desnudas? ¿Dañar monumentos históricos? ¿Incendios y vandalismo? Algunas mostrando odio no solo al gobierno sino también a los hombres”.
Quienes tienen tiempo siguiéndome son testigos de que mi enfoque ante cada problema es siempre positivo, con todo respeto, si yo pensara como las personas que me han contestado eso, no estaríamos inaugurando más de 5 ludotecas en México para niños con cáncer en menos de un año, no habría agendado más de 30 conferencias en más de 20 estados de la República donde trato de fomentar el verdadero valor de vivir, de ayudar, de ser empáticos y de luchar.
Si pensara así, para empezar, no existiría la Fundación en memoria de mi hijo, porque hay tantas personas apáticas y sin escrúpulos en el camino, que ya me hubieran desanimado y ni la falta de medicamentos que sigue latente en los hospitales, ni el que hayan puesto suero con azúcar en lugar de quimioterapia (porque yo sí tengo memoria) me ha hecho dejar de ver que yo soy parte y responsable del cambio; tampoco por eso le he dejado de aplaudir a los doctores valientes que entregan su alma por ayudar a los pacientes o de reconocer a las enfermeras que, a pesar de ya no tener prestaciones, ahí están, haciendo su trabajo por vocación y convicción.
Hay medios que dicen que las mujeres que dañaron monumentos y atacaron a hombres fueron acarreadas por el mismo gobierno... eso solo lo saben ellas... ¿Qué pienso? Que de ser cierto el presidente está muy bien aconsejado porque lograron su cometido, distraer a los mexicanos, como siempre, con la noticia increíble como vender un avión o amarillista y violenta como es el caso...
¡Esta vez no nos dejemos engañar ni perdamos así la objetividad por desanimarnos con lo que ellos quieren decirnos, la marcha fue histórica, fue nuestra, fuimos parte de la historia. ¡Eso compartamos por favor!
Creo en el México que por sus propios medios salió a ayudar a la gente en el pasado temblor de la Ciudad de México y no en los pocos mexicanos que aprovecharon el momento para saquear supermercados y robar.
Creo en los mexicanos que fueron a levantar escombros cuando el huracán y no en los pocos que se metieron a ver qué robaban.
Creo en los mexicanos que ofrecen botellas de agua y comida a los migrantes que van de paso y no en los pocos que los asaltan.
Creo en los pocos funcionarios que ayudan por convicción y no en los miles que ayudan pidiendo algo a cambio, abusando así de su poder chiquito y frustrado.
Por eso, creo en las mexicanas que marcharon haciendo historia y no en las pocas que trataron de llamar la atención con actos vandálicos.
¡Creo en México!
Y no, no he dejado de creer en la gente buena, me he desanimado y hasta incluso expresado que siento que voy contracorriente, pero al día siguiente me subo de nuevo al barco. Desde que Luis Pablo, mi hijo, fue diagnosticado con cáncer no he dejado de luchar un solo día, de creer, no he perdido la esperanza incluso aunque él ya no esté.
Aplaudo la marcha histórica como titulan muchas noticias nacionales e internacionales, celebro a esas mujeres que alzaron respetuosamente la voz, doy gracias por poder presenciar y ser parte de un momento histórico para mi querido país.
¿Qué pienso sobre las feministas, feminazis y disque mujeres violentando monumentos y hombres?
(Ojo, esos “apodos” no me parecen correctos, pero así me lo han preguntado abiertamente.)
Verán, yo me considero una feminista de hueso colorado porque defiendo a la mujer, no la ataco, no me enojo si no piensa igual que yo contestándole arrebatadamente por redes, ni tampoco trato de hacer conciencia por un solo día, trabajé en la fundación “Manos Moradas” y doné junto con un equipo toda la pintura y albañilería, con mi propio trabajo, para remodelar el área donde las mujeres son albergadas en SALTILLO hace más de 11 años después de vivir muy de cerca una experiencia de violencia mínima con todo lo que ahora leo, sin embargo, traté de hacer algo y de unirme a la causa, Dios me siguió llevando por ahí y llevo más de 3 años siendo consejera en el Instituto Municipal de la Mujer. No hablo por hablar, ni escribo por escribir, ni ayudo por ayudar; soy activista en muchísimas otras causas que no siempre platico pero que de repente salen a la luz en mi mismo ímpetu de alzar la voz o tratar de contagiar a más gente a que se una, por eso siempre mi lema:
“Mi causa no tiene que ser tu causa pero hay más de 3 mil causas registradas en el mundo y es tu deber ayudar a alguna, no solo reclames, ¡ACTÚA!”
Hay un dicho mexicano que dice: “La mujer quiere tener todo bajo control”. Pues bien, si esto aplica en ti, suelta el control de un hecho en el que participamos millones de mujeres en todo México, no puedes controlar el comportamiento de todas, pero sí puedes controlar lo que compartes, el enfoque que le das y la importancia que tiene.
¡Compartamos la historia buena de México!
¡Leamos las noticias internacionales, es mejor ver cómo nos ven desde afuera sin tener noticias controladas!
Sintámonos orgullosas de la mayoría de las mexicanas que creyeron en lo mismo que tú sin generar más violencia, empoderemos a ellas, démosle la noticia a ellas, dale valor a la mayoría y no a unas cuantas…
¡Las mujeres hicimos historia!
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